martes, 9 de septiembre de 2008

¡FELIZ DÍA DEL MAESTRO!

Queridas compañeras,a todas, con mi deseo que podamos pasarla bien en nuestro día, a pesar de cómo vivimos nuestra profesión actualmente, les dejo un texto que encontré y muy bien muestra la situación del "SER DOCENTE HOY" en nuestro país:

¿QUIÉN CUIDA A NUESTROS DOCENTES?

¿Quién cuida a nuestros docentes?

Nos acercamos al 11 de septiembre en el que nuestros docentes son homenajeados en su día. Frente a lo que diariamente ocurre en las escuelas, donde son cuestionados, deslegitimados, desautorizados e incluso agredidos, surge la reflexión ¿quién cuida a nuestros docentes? ¿Quién cuida a los que educan a nuestros hijos?. ¿Qué hacemos desde las distintas instancias para apoyar su trabajo? ¿Sólo nos acordamos de ellos para el día del maestro? A nadie escapa el alto valor que siempre tuvo la tarea de educar, aunque hoy parece estar desvalorizada. Nuestras aulas son caja de resonancia de todo lo que ocurre fuera de los muros de la escuela. A nuestros docentes hoy se les pide que se “hagan cargo” de todo lo que deberían hacer los diferentes órganos del estado y las familias. Frente a esto el “contrato” familia escuela está en crisis y debe ser resignificado.
El desgaste que sufre el docente frente al aula se traduce en el aumento de las enfermedades de tipo sicológicas que se viene dando. Sólo quien está frente al aula sabe lo que esto significa hoy en día. Esto se produce también por la necesidad de contar con nuevas herramientas para su labor. A nadie escapa que los chicos de hoy han cambiado y se requieren nuestras estrategias de las que aún no se puede dar cuenta acabadamente.
El cambio constante es un signo de nuestros tiempos y en la escuela nos encontramos con la paradoja de ser custodio de un saber que hoy se modifica rápidamente.
Frente a esto nuestros jóvenes ven cómo en la práctica el estudio parece “no valer nada” ya que para conseguir un trabajo es más importante tener algún “padrino político” que la formación y el esfuerzo realizado.
Desde algunas familias se pide a la escuela que haga lo que ellas no pueden hacer. “Yo ya no sé qué hacer con mi hijo… a ver si ud,. puede ponerle límites…” , escuché decir a un padre una vez.
Desde las autoridades muchas veces se deslegitima su accionar y su autoridad, desautorizando sus decisiones ya sea anulando sanciones , separando del cargo sin fundamentos u “ordenando” mesas especiales de exámenes , entre otras situaciones. Como en toda profesión existen buenos y malos docentes, pero es responsabilidad de todos cuidar a los buenos docentes y que los malos docentes den cuenta dentro de los mecanismos previstos por la ley.
Aún cuando la profesión docente está hoy tan cuestionada, resulta interesante ver cómo aún se ve a la institución escuela como una de las más confiables y cómo excelentes docentes le ponen pasión a lo que hacen diariamente y cómo los alumnos reconocen este esfuerzo.
Cuidar a nuestros docentes es responsabilidad de todos.
De los propios docentes apoyándose mutuamente en las instituciones y ocupándose de aquello que le es propio de su función.
Del Estado, revalorizando el rol docente, evitando las desautorizaciones y deslegitimaciones y brindando los espacios de contención que como profesionales que deben enfrentar esta realidad compleja necesitan. En algunas provincias hace años existían gabinetes sicopedagógicos que estaban a disposición de los docentes. Hoy, con una realidad mucho más compleja, en muchos lugares no hay nada, sólo hay “parches” que se “sacan de la galera” cuando algo grave pasa, “parches” que aparecen y desaparecen pero no pueden sostener su trabajo en el tiempo. . También volver a los espacios de reflexión institucional sobre la labor y la posibilidad que cada institución pueda requerir el auxilio y la formación en los aspectos que hagan a su realidad y necesidades.
Por su parte los órganos competentes del estado deben hacerse cago de la problemática social que les corresponde para que se establezcan verdaderas redes para contención de las familias y los niños y cubrir sus necesidades básicas.
Y desde las familias debemos apoyar el trabajo que se realiza en las aulas y ante un caso de duda, hablar con el docente directamente evitando desautorizarlo frente a nuestros hijos, hablar con nuestros hijos acerca de lo que hacen en las escuela y la necesidad de respetar a quien también lo educa
Si entendemos que todos, padres, docentes , estado y sociedad toda estamos del mismo lado, tendremos mejores chances de guiar el barco de la educación de nuestros hijos a buen puerto en medio de la realidad que se presenta cada día más compleja.
¡FELICIDADES A LOS DOCENTES EN SU DÍA!

DANIEL MARTINEZ ZAMPA
Abogado-Mediador- Magister en Adm.y Resolución de conflictos.
www.mediacioneducativa.com.ar
info@mediacioneducativa.com.ar

Y ahora va mi regalo para todas:



MAESTRO...

Enseña a los niños a creer en los ideales y que aquellas cosas que no se ven también son realidades.

Diles que el amor no se ve pero se puede sentir, que la música tiene una explicación pero que las melodías salen del corazón.

Enséñales a tener esperanzas, pues todos los días sale el sol.

Enséñales el respeto por las cosas simples y por la naturaleza.

Enséñales a rezar, a cerrar los ojitos y que se imaginen a su ángel guardián que los protege y los guía.

Enséñales todos los días a trabajar en un pequeño proyecto, diferente siempre.

Estimula su creatividad con sus juguetes y con otros juguetes que ellos mismos puedan crear.

Enséñales a sonreír y acarícialos siempre, sean quienes fueran esos niños, porque no sabes en qué pueden convertirse mañana, tal vez sean ellos quienes te den su mano amiga o te nieguen el saludo cuando menos lo esperes. Tal vez sean tu medico, tu amigo, tu asaltante, o tu juez.

Enséñales que la vida es aprender a ser feliz y que la vida nos dará muchas alegrías, pero nosotros debemos darle también un sabor a la vida.

Enséñales que debemos darle un poco de alegría a todas las cosas y que todo lo que llegue a nuestras manos o a nuestra vida, siempre debemos dejarlo mejor de lo que estaba cuando lo encontramos.

Enséñales que todo aquello que tome contacto con nosotros debe siempre mejorar.

Enséñales el valor del respeto, de la fe, de la confianza, enseñales a ser inteligentes y que no desdeñen sus sentimientos, enseñales a amar y que en todo momento sepan que tienen el derecho de vivir y ser cada uno lo que en su vida quiera ser.

Enseñales que cuando sean grandes deben querer y respetar a los futuros niños.

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